. La crisis sanitaria, social y económica derivada por la pandemia de la COVID-19
ha afectado directamente a la situación de empleabilidad de todo el mundo, y especialmente, de las
personas más vulnerables que, una vez más, se encuentran en desventaja frente a otras personas
para conseguir su reincorporación laboral. La COVID-19 ha contribuido a ampliar la desigualdad, las
brechas de género en el mercado de trabajo, afectando en mayor proporción a mujeres que
hombres, igualmente a las personas jóvenes. Este aumento de la desigualdad pandémica ha sido un
nuevo reto al que el Plan de Empleo de Cruz Roja se ha tenido que enfrentar, y para el que de nuevo se
han establecido herramientas concretas para reducir la situación mediante el plan Cruz Roja
RESPONDE.
Ésta no ha sido la primera vez que Cruz Roja adapta sus respuestas a las necesidades que marca la
sociedad: ya lo hizo con la crisis socioeconómica que arrancó en 2008, y lo seguirá haciendo en el
futuro. Son ya veinte años en los que la Organización ha visto reflejado en el desempleo uno los
problemas de la sociedad, y veinte años en los que ha trabajado por revertir la situación.
Para Cruz Roja , “tener un Plan de Empleo significa poder contribuir a que las personas tengan derecho
al trabajo, se favorezca la igualdad de oportunidades y de acceso al mercado de trabajo con

independencia de su sexo, origen racial o étnico, religión o convicciones, edad u orientación sexual,
en igualdad de trato y de oportunidades en relación con el empleo para personas y grupos
infrarrepresentados a fin de mejorar sus perspectivas de empleo o trabajo”, destaca Maika Sánchez,
directora del área de Empleo de la Organización.
En estos 20 años, el Plan de Empleo de Cruz Roja ha trabajado con 780.000 personas, de las cuales el
57% de ellas eran mujeres, y de ellas, un 4% mujeres víctima de violencia de género, es decir, más de
17.700 mujeres víctimas de violencia de género han sido ayudadas por Cruz Roja para que puedan
participar en igualdad de condiciones en el mercado laboral.
Del total de personas atendidas, el 95% está en desempleo; y el 31% personas paradas de larga
duración. De las 780.000, el 53% tenía estudios primarios o sólo los secundarios obligatorios lo que
hace que tengan más dificultades de conseguir un empleo, el 43% han sido personas inmigrantes, y
un 4% solicitantes de asilo y refugio. Entre mayores de 45 años y menores de 30 suman el 61% de
la atención (37% jóvenes, y 24% mayores de 45).
En estos 20 años, más de 322.000 personas han mejorado su cualificación a través de competencias
clave demandadas por las empresas y cualificación profesional, y se han desarrollado 134.000 acciones
formativas para el empleo. Para hacerlo posible, han sido necesarias más de 253.000 alianzas a través
de más de 70.000 empresas colaboradoras que ha hecho posible desde la realización de prácticas no
laborales, hasta la simulación de procesos de selección de trabajo, pasando por charlas especializadas
en oficios y ámbitos concretos. Cabe destacar, que 1 de cada 4 personas que ha participado en
alguna iniciativa del Plan de Empleo ha conseguido un puesto de trabajo. Y también 6.272
personas han puesto en marcha su propia iniciativa empresarial.
En Cantabria, más de 10.000 personas han participado en los programas de empleo desde sus
inicios en 2002. De ellas cerca de 5.000 personas han mejorado su cualificación y 3.269 personas
accedieron a un puesto de trabajo. Todo ello gracias a la colaboración de más de 200 empresas y 51
personas voluntarias.
De 33 puntos de atención, a más de 537
En 20 años de historia, el Plan de Empleo ha llegado a consolidar 537 puntos de atención mediante
las Asambleas territoriales de Cruz Roja. En el año 2000, cuando se germinaba el proyecto y se

conformó el equipo responsable de diseñar y poner en marcha este Plan, se planteó un desarrollo
inicial de 33 asambleas, que inician su recorrido un año más tarde con 7.720 personas, principalmente
inmigrantes, participando en sus proyectos. Más de 3.200 accedieron a un trabajo, y 569 empresas
colaboradoras se sumaron a esta iniciativa. El primer proyecto de sensibilización para promover
mercados laboral inclusivos se dio en el año 2003: ‘Construyendo la integración a través del Empleo’
buscaba hacer que los estereotipos y prejuicios hacia las personas inmigrantes no fueran un
impedimento para su inserción laboral, algo contra lo que se sigue luchando.
Con la crisis de 2008, el Plan de Empleo amplía el perfil de las personas a las que atiende al
entender que el camino al mercado de trabajo afecta a muchas personas y colectivos que sufren
discriminación y desigualdad para su acceso al mercado laboral, y que la inserción laboral
especialmente de mujeres y jóvenes debe contar con nuevas iniciativas que les acerque a su objetivo,
así como para cualquier otro perfil de baja empleabilidad. Los efectos de la crisis impactaron de lleno
en la sociedad, y en 2010 se duplicó la población local que acude a Cruz Roja a pedir ayuda en su
búsqueda de empleo, algo a lo que Cruz Roja responde ampliando sus iniciativas para atender estas
demandas, y lanzando proyectos específicos para desempleados de larga duración o mayores de 45
años. En estos dos años, el número de participantes se incrementa en un 38% y alcanza las 62.800
personas atendidas. A pesar de que la crisis azote a las empresas, este año son cerca de 4.000 las que
se suman a Cruz Roja en la lucha contra el desempleo.
Se refuerzan las campañas de sensibilización, como La campaña ‘En realidad no tiene gracia’ que surge
en 2011, en pleno contexto de crisis para concienciar sobre las dificultades de las personas en
dificultad social para acceder a un empleo; en paralelo, ‘Te corresponde, nos corresponde’ pone el
acento sobre la corresponsabilidad en la conciliación de la vida personal, familiar y laboral.
El año 2012 se inician las respuestas específicas para jóvenes; la orientación y la formación para el
empleo incorporan el trabajo por competencias para dar una respuesta más ajustada a las demandas y
necesidades del mercado de trabajo. Seguirá esta estela, en 2014 con el ‘Aprender trabajando’, un
espacio de formación mixto para jóvenes de hasta 29 años con baja o nula cualificación donde
estudian y aprenden en los propios entornos productivos de empresas. Cerca de 1.000 jóvenes
adquirieron un oficio y más de 400 consiguieron la inserción laboral. Ese mismo año comenzaron
también a trabajarse los itinerarios sociolaborales para familias con todos sus miembros en paro,
llegando a atender a 3.500 familias, de las que 2.433 miembros consiguieron un puesto de trabajo.

Con la financiación del Fondo Social Europeo, en 2016 se refuerzan iniciativas de inserción laboral a
través del Programa Operativo de Empleo Juvenil y el Programa Operativo de Inclusión Social y
Economía Social. El primero, promueve que la inserción de los jóvenes en ocupaciones demandadas en
el mercado de trabajo; hasta 2018, más de 22.000 jóvenes mejoraron su empleabilidad, y casi el 50%
consiguió un empleo. El segundo de los programas, promueve la inserción de las mujeres, o los
desempleados de larga duración o perfiles de baja empleabilidad. Hasta 2019 participaron 63.000
personas, de las que casi 40.000 accedieron a un puesto de trabajo. Fueron fundamentales las cerca de
70.000 alianzas con empresas establecidas.
La era digital hace que en 2017 Cruz Roja diseñe #EmpleandoDigital, iniciativa premiada por la
Comisión Europea en 2019 por adaptar su metodología a la transformación digital. Ese mismo año, se
refuerzan e impulsan proyectos para la inserción de personas solicitantes de asilo y protección
internacional con 20.000 participantes desde entonces. Y es en el 2019, ante la transformación digital
que la sociedad está teniendo en todos los ámbitos y con el objetivo de llegar a más personas cuando
nace El Servicio Multicanal de Orientación Laboral CREe para acompañar de manera online a la
búsqueda de empleo a cualquier persona que lo necesite; el servicio ofrece todo tipo de consejos (que
van desde cómo elaborar un curriculum hasta cómo mejorar competencias). Se convierte en una
herramienta clave para muchos desempleados y desempleadas, y sus ‘Directos hacia el empleo’ , las
conferencias on-line, en una cita ineludible para sus seguidores. Con la crisis sanitaria de la COVID-19
en el año 2020, todas las actividades se adaptan al formato online para no dejar de avanzar en materia
de inserción laboral.
El Plan de Empleo de Cruz Roja a día de hoy
A día de hoy, el Plan de Empleo está presente en 537 asambleas y puntos de atención de Cruz Roja, y
supera los 100.000 participantes anuales. A pesar de la situación del propio mercado de trabajo, son
más de 10.000 las empresas que colaboran con el Plan de Empleo, y cerca de 25.000 alianzas que
mejoran la empleabilidad y la inserción laboral de las personas en dificultad social.
En Cantabria, el Plan de Empleo está presente en cinco puntos de atención (Sarón, Torrelavega
(2), Laredo y Santander) y supera las 1.000 personas participantes cada año. Cuenta con 12
proyectos activos en los que colaboran más de 50 voluntarios y voluntarias y 200 empresas.

El futuro del Plan de Empleo
Hoy, el área de conocimiento de empleo de Cruz Roja mira la transformación que el mercado laboral
está teniendo, cómo el impacto de la tecnología va a generar nuevos puestos de trabajo, el impulso
que se está dando al empleo verde, etc. ; y todo ello hará necesario nuevas adaptaciones en las
respuestas que se ofrezcan a las personas, en adaptar el contenido de las capacitaciones para que se
ajusten a lo que las empresas necesitan, el acompañamiento que las personas van a demandar para
conocer y saber en qué consisten esas transformaciones, qué nuevos requerimiento van a solicitar las
empresas, qué mecanismos nuevos se van a producir para reclutar personal y cómo pueden hacerlo. “Y
un largo etcétera que va a suponer seguir conociendo el mercado laboral y orientar, acompañar y
mediar con las personas para acercarles a esos nuevos mercados laborales que les permita tomar sus
propias decisiones en el camino para participar en un mercado laboral cambiante”, concluye Maika
Sánchez, directora del área de Empleo de Cruz Roja.